10.9.15

Egos del mundo, desarmémonos

Estaba ayer en la cama con la radio muy bajita y entre los efluvios del malestar que tenía, cuando de repente escucho: "... estamos trabajando duramente en la lucha contra el e...", y mi mente en una décima de milisegundo, terminó la frase antes que el entrevistado: "estamos trabajando duramente en la lucha contra el ego". Casi me parecía haberlo escuchado de verdad, cuando aterricé en la realidad de una frase que terminaba en "ébola".

Me parece una divertida jugada de la mente, y muy acertada. Probablemente una lucha contra el ego a nivel mundial sería la solución global. A mí, soñadora y propulsora de la Revolución Interior, me encanta imaginarlo. Aunque por la propia naturaleza del ego, no sería bueno llamarlo lucha, aquél se crecería. Todos sabemos que cuanto más se defiende alguien y saca su ego a relucir, más necesita un abrazo, así que me parece que volvemos al punto de muchas de mis entradas. Para aplacar los egos hay que atacarlos con amor. Aunque hay algunos muy muy subiditos, cuyas decisiones destrozan vidas a diario de múltiples formas ante los que reconozco que esta reportera de interiores flaquea y no sabe si sería posible aplacar, tal vez con muchas armas de construcción masiva.

Me he dado cuenta al releer lo anterior de que parece que los egos sólo los tienen los demás, como casi todo lo que no nos gusta, siempre queremos creer que es cuestión de los demás. Me temo que no es así. Todos tenemos un eguito o un egazo... primero hay que admitirlo, como siempre, y luego desmontarlo con cariño.


27.4.15

No dejes que la silla te succione o cómo mantener la espalda recta pero contenta

“Cuando nosotros estamos angustiados, tenemos miedo o desconfianza, siempre nos inclinamos hacia delante, tendemos a replegarnos hacia la parte anterior. ¿Por qué? Porque siempre hay una carga intensa de energía negativa a nivel del plexo solar, del corazón o de la frente, y quedamos agarrados, identificados, como hipnotizados por esta sensación y por las representaciones correspondientes a dicha sensación, o sea, a la situación que nos la ha producido, a los recuerdos que tenemos asociados a ella, etc. 

Es absolutamente imposible que una persona viva centrada en el eje de su columna vertebral y que tenga miedo o depresión o cualquier otro estado negativo. Puede estar agotada, pero lo estará en un estado interior de serenidad y apertura.” Antonio Blay, Tantra-Yoga.

No sé si será tan radical, pero sí puedo decir que yo he comprobado que la columna recta, aunque relajada, permite que la respiración sea más fluida, se abre el pecho... y sí, la verdad es que la diferencia es considerable y se ve el mundo como más ligero. Es bastante lógico, por otra parte, pero es de esas cosas tan sencillas que ni reparamos en ellas o desconocemos. 

Sólo hay que proponérselo, y para ello la idea de deshacer suavemente la curva de nuestra espalda y respirar hondo como si estuviéramos en el campo, tal vez sea más agradable que pensar en ese profesor y/o padre que nos decía: “niña, ponte recta” (uf, de aquí salió una buena promoción de Encogidos por Rebeldía, estoy segura). Y después, acordarse. Para esto puede haber muchos métodos: a) Cuando sientas que te cruje todo y te empiezas a parecer a Quasimodo delante de la pantalla del ordenador, porque probablemente no has medido bien las coordenadas de altura y distancia de pantalla que te contaron en el último reconocimiento de la empresa; b) Ponte un recordatorio en uno de los múltiples dispositivos que seguramente tengas a mano, post it incluidos, del tipo: No dejes que la silla ni la vida te succionen, respira y que no se note que desciendes del mono. Por ejemplo. Y así hasta la z, seguro que se os ocurren un montón de ideas.

12.4.15

El cuerpo y su sabiduría escondida en Olvida tu equipaje, Radio Utopía

Estoy muy feliz de traeros este programa de radio que he hecho gracias a Armando, conductor, director y alma de Olvida tu equipaje, en Radio Utopía. Me ha abierto la puerta para tratar un tema apasionante. Como especialista en la materia nos ha acompañado Borja Gasset, psicoterapeuta corporal. Ha sido un enorme placer hacer radio con los dos porque son encantadores. 

Y de qué hablamos. Pues de si escuchamos al cuerpo realmente, cómo le afectan las emociones, qué es la memoria corporal y también sobre qué hábitos conocemos para estar mejor y qué otros se pueden adquirir.

La tertulia sobre el cuerpo está salpicada con un reportaje en exteriores (Armando ya lo dice, ¡La reportera de interiores en el exterior!), un diálogo mente-cuerpo, que nos desvela qué pasa a veces en nuestro interior y un tema musical de la película Cabaret con invitación a soltarse la melena.

Me encantaría escuchar vuestras opiniones, sentires y comentarios sobre el tema.


20.2.15

Magnífico Pablo d'Ors

"La diferencia entre el creyente y el fanático es que el fanático considera que lo otro es una amenaza y el creyente siempre está abierto a lo otro para aprender."

Esto se podría aplicar a tantas cosas...