Desde las tierras minúsculas de mi propia revolución interior ha ido creciendo y creciendo un
deseo enorme, casi una necesidad, de compartir, investigar, difundir, mi creencia
de que este mundo necesita como el agua una Revolución Interior, una por
persona.
El caos exterior es considerable y visible, pero ¿qué pasa con nuestros pequeños
caos cotidianos? La incomunicación con la pareja, los desencuentros en el
trabajo, las culpas y desazones con la familia, el nomeencuentro, nomehallo,
quénariceshagoyoaquí, y desafortunadamente, no pocas veces el nomeentiendoniyo,
nomesoporto... Esto último define bastante bien el origen del
problema, la
raíz: ¿cómo estoy conmigo? Nos dicen los sabios de todos los tiempos que
para
mejorar los distintos aspectos de nuestra vida tenemos que empezar por
mirar
hacia dentro, pero como no estamos acostumbrados y a veces ni sabemos
cómo
hacerlo, solemos intentar discretamente saltarnos este paso. Algo
también muy común es enfocar mal, es decir, hacia fuera: tú, tú, tú, tú,
tú...
Y precisamente por eso de que no sabemos cómo
hacerlo o enfocamos mal, nace La Revolución Interior. Con la idea de
abrir una ventana donde mirarnos, intentar comprendernos y ponernos
manos a la obra para mejorar. Para hacer algo por el mundo desde lo
pequeño, que somos cada uno ("Piensa globalmente, actúa localmente"),
pero sobre todo y para empezar, para hacer algo por nuestras propias
vidas.
Lo haremos con todos los recursos que seamos
capaces de reunir en un proyecto que es independiente y voluntario.El
germen fue un programa en la emisora que había surgido en el 15-M en
Madrid, Ágora Sol Radio. Después se convirtió en esta web dos
años después, y ahora, en 2016, vuelve a Radio Enlace en septiembre, con
mucha ilusión y ganas.
Bienvenidos todas a la Revolución Interior... Siéntete en tu casa. Comparte, cuenta, opina...
1 comentario:
Ana, enhorabuena por esta iniciativa que nos inspira a míranos, a conocernos y a ser el cambio que queremos ver en el mundo, como decía Gandhi. Muchas gracias por revolucionar y sembrarnos para evolucionar. Marta.
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