Todo es cuestión de dieta.
Si alimentas la tristeza
una nube rolliza de malos augurios
flotará sobre tu cabeza.
Pero si das de comer a la alegría
verás florecer tu buen humor
y salvo catástrofe imprevista
tendrás un gran día.
Una buena sonrisa al despertar
(aunque al principio sea un poco mentirosa)
y bailar esa música que te hace vibrar,
son alimentos siempre a mano
para esta emoción jubilosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario